Dramática

LA CALLE FORRADA DE PETALOS DE ROSAS
Por: Anónima

Era muy pequeña para esa época, creo que tenía no más de siete años. Era verano, lo recuerdo porque todas las tardes me vestían con mi vestido de encajes blancos y me llevaban por una o dos horas al parque para jugar y refrescarme.
Solía ir de vacaciones a Puerto Plata, a la casa de mi padrino, una casa grande de madera, con muchas habitaciones y bien decorada. Mi padrino era el hermano del jefe, era lo que escuchaba siempre decir a las personas del servicio. Era un hombre apuesto, oloroso, elegante y sombrío.
Solía fumar puros en las noches y fue  justamente una noche cuando lo escuche diciéndole a su chofer que buscara todas las flores que fuesen posibles para llenarle la calle a la princesa que le había robado su corazón.
Al día siguiente cuando venía de la escuela con mi tía, vi lo más maravilloso que mis ojos hallan visto jamás. La calle entera estaba cubierta de pétalos de rosas amarillas y rojas.
-Tía mire!...le dije con emoción.
-Cállate y camina!....entonces me respondió tía, con susto y cautela.
Me tuve que quedar callada, mientras me llevaba a rastro halándome por el brazo a pesar de que mi mirada se quedaba en la maravillosa calle de colores y olores. Entonces el rumor se expandía, El hermano del Jefe le adorno la calle a la hija de Fonso!!!....
Y en efecto, así como mando la noche anterior así fue hecho. Mi padrino lleno la calle que daba desde la escuela hasta la casa de Don Fonso , uno de los hombres más adinerados del Pueblo, con la firme intención de deslumbrar a su hija María Estela, que no llegaba bien a los dieciséis años, pero que poseía una belleza pura inigualable.
Recuerdo que me pare por la ventana de la habitación que daba hacia la calle, porque la curiosidad me sobrellevaba a todo. Miraba a escondidas por una tablilla de la ventana para no burlar la orden de Tía que había sido muy tacita al indicarme que me quedara tranquilita, calladita y en mi habitación.
Vi como Don Fonso aguardaba en la puerta de su casa, sudoroso, mal humorado pero en silencio, con la firmeza que siempre lo definía. Entonces el carro de mi padrino estaba estacionado justo al frente de la casa de Don Fonso. Imagino que con la intensión de que cuando María Estela llegara de la escuela fuese obvio que él había sido quien coloco todos esos pétalos en la calle por ella.
María Estela por lo regular venia siempre acompañada de sus compañeras de curso pero ese día vino de manos de su tío, el hermano de Don Fonso, que traía la cara sudorosa y engruñada, contrario de ella que traía consigo cierta picardía , ya que dejaba al descubierto esa sonrisa de niña impresionada y dispuesta.
Recuerdo que hubo mucho silencio a su llegada. La entraron a la casa casi a empujones, entonces Don Fonso fue el último en entrar a la casa y cerrar la puerta.
En esto, sentí las pisadas apresuradas por los tabloncillos de la casa y era mi padrino que entraba diciendo en voz baja:
-Viste eso Romero!....la deje perpleja!....Tan bella esa muchachita!
-Si Don Petan, usted como que le gustó a la niña!
Y escuche las risas y olí los puros que se encendían, entonces me asuste y me escondí debajo de la cama. Ese día pasó en calma, había más silencio que nunca. Tanto mi tía como las señoras de la cocina se pasaron el día susurrando cosas, sin embargo yo no dejaba de mirar y mirar en mi mente aquella calle de color, que para mí fue lo más maravilloso que he visto de niña.
Al amanecer del día siguiente me levante y en mi acostumbrada rutina , entre el baño, cambiarme y desayunar el silencio era abrumador. No escuche las acostumbradas cucharas sonar en las casas contiguas, ni siquiera los niños los oí levantarse, estaba todo tan callado y fuera de lugar que ni siquiera me llevaron a la escuela.
Cuando volví a la tablilla de la ventana para volver a espiar, note que quedaban pocos pétalos en la calle, hasta hoy no se si fue el viento o fue que los recogieron, pero quedaban muy pocos.
Ya para el medio día Don Fonso volvió a salir a la galería de su casa y allí se sentó con su escopeta y su sombrero de negro, fumándose un cigarro, sudoroso y en silencio y como no entendía que pasaba me cole hasta la cocina para escuchar lo que susurraban mi Tía y las mujeres de la cocina.
-Dizque la mando para Francia a primera hora!....
-A ella y a la mama!...
-Y no oíste lo que dijo Don Fonso?....Que benefactor ni que nada!!!...Aquí el jefe soy yo!....
Después de ese día, vi a Don Fonso sentarse por más de una semana en su galería fumándose un cigarro con su escopeta recostada de la pared, a mi padrino entrar y salir constantemente a la casa,  y a mi Tía susurrar con las señoras de la cocina.
Después no volví a ver por mucho tiempo a mi padrino, que repentinamente se fue del pueblo.
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LO MEJOR ES NO SALIR MOLESTO

Por: Yosmar Rodriguez

Y es cierto….lo mejor es no salir molesto de la casa, sobre todo cuando discutes con tu familia. Ahora sé que es mejor olvidar el pique y soltar eso antes de salir porque a mi me paso.
Ese día había amanecido con el pie izquierdo, como se dice. Dios mio!, hasta con el perro me molesté. Desde que me levanté todo me empezó a ir mal. El niño se levantó gritando como nunca, la leche se me derramó en la estufa, mi mamá me empezó a pelear porque le hablé mal al niño y de paso, choqué con el perro que se me atravesó….

-Coño maldito perro, quítateme de al lado!.....
Fue lo último que dije antes de salir de la casa. Cogí las llaves y me largué de allí para no seguir con la mala racha.
Al salir me dirigí a la estación para esperar un carrito que me llevara al lugar donde me había citado con un señor, al cual le haría un trabajito de herrería.
Pasó el carrito, para mi, iba hacia la dirección que yo iba. Entonces, cogimos carretera y de repente el chofer dobla y cambia de dirección.
-Y para donde tu vas chofer?...le pregunté de mala manera.
-Oh, pa lo alcarrizo adentro!….
-Cómo?..
Entonces empezamos una ligera discusión de quien le dijo a quien para donde era la ruta hasta que se fue poniendo más y más fuerte. Los demás pasajeros se quedaron en total silencio, asumo que  por la boca que le había abierto al chofer.
Lo terrible era que el chofer no me quería devolver el dinero para yo seguir, entonces hizo lo que no se debe de hacer, entiendo yo, tomó diez pesos y me dijo que me agarrara de ahí.
Lo miré profundamente y respiré profundo, calculando donde era que le iba a dar. Era endiablao que yo estaba, pero algo muy dentro me detuvo.

-Mira, me voy a bajar pa no degraciame la vida contigo, pendejo!....le dije
Y  como el chofer era mas inteligente que yo, agarró y se fue. Una señora que se había echado el show, me dijo en voz pasiva:

-Mi hijo….discúlpame si te molesto, pero no es bueno salir de la casa cuando se está extraviao!...
Yo la mire y le hice un mal gesto despectivo  y seguí caminando para llegar hasta donde tenia que llegar. A partir de ahí, todo, pero todo y  absolutamente todo me salía mal. El señor con el que había acordado no llegó en mucho tiempo y tuve que esperar, cosa que detestaba.
Cuando por fin llegó, no pudimos acordar el precio del trabajo. Cuando venia de vuelta, me faltaba dinero para volver. Cuando logré volver, empezó a llover muchísimo y me mojé todo. Así que, antes de llegar a la casa me acordé de lo que la señora me había dícho y recapacité.

-Es verdad, hay que dejar el pleito atrás….y lo mejor es no salir molesto!...
Entonces, llegue a la casa, abracé al perro, le pedí perdón a mamá , despues me acosté para luego ir a buscar al niño a la escuela.

1 comentario:

  1. cuanto habra gastado el tipo ese en los petalos de rosas?....mucho por amor

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